domingo, 29 de marzo de 2015

Creación 3


Las andanzas y desventuras de Lord Voldemort.

Pues sepa vuestra merced, ante todas cosas, que a mí me llaman Lord Voldemort o El-que-no-debe-ser-nombrado, aunque mi nombre completo es Tom Sorvolo Ryddle, que soy hijo del adinerado y asqueroso muggle Tom Ryddle Sr. y la bruja Merope Gaunt.

Y como vuestra merced me ha pedido que le cuente el caso por extenso me pareció contarlo desde el principio para que así tenga cumplido relato de mi persona y así vea cuán difícil me resultó intentar invadir el mundo de los magos y de los muggles y como me convertí en el mago más peligroso de todos los tiempos.

De mi infancia poco tengo que contarle. Mi asqueroso padre muggle abandonó a mi madre cuando ella estaba embarazada de mí y un tiempo después de que yo naciera esa inútil murió. Pasé toda mi niñez en un orfanato muggle en el que odiaba a todo el mundo y les hacía la vida imposible con mis poderes psíquicos. Pero un día un extraño hombre con barba llegó a mi “casa” y me dijo que era mago y que debía ir a Hogwarts una escuela de magia.

En mi adolescencia yo seguía siendo un niño muy cruel, no tenía amigos y era muy diestro en defensa contra las artes oscuras, pero en realidad lo que me apasionaban eran las artes oscuras en si. Mi mayor ambición era y sigue siendo ser el amo y señor de todas las criaturas del universo y extinguir a los muggles.

En ese tiempo, tuve la suerte de dar con un libro de magia prohibido en el que leí una forma de hacerte inmortal, a pesar de corromper tu alma, aunque la mía estaba corrompida desde que nací. Tras documentarme más, conseguí saber la manera exacta de hacerme inmortal.

Tan solo me hicieron falta unos cuantos años aterrorizando, asesinando y hechizando a gente para convertirme en el mago más temido de todos los tiempos. Por esas fechas, oí hablar de una pareja de una bruja y un mago que eran muy buenos y obviamente los quise para mi ejército maligno. Y sepa vuestra merced, que es en el momento en el que intenté recluirlos cuando cometí el error más grave de mi vida. Al intentar matar al niño pequeño de esa pareja el hechizo rebotó contra mí y me destruyó.

Lo que vuestra merced no sabía era que mi alma estaba fragmentada en siete trozos, por eso no podría morir jamás. Por estas razones ahora me encuentro en un estado incorpóreo en el que no puedo hacer nada. Pero sé que conseguiré mi propósito de controlar el mundo.