Las andanzas
y desventuras de Lord Voldemort.
Pues sepa vuestra merced,
ante todas cosas, que a mí me llaman Lord Voldemort o
El-que-no-debe-ser-nombrado, aunque mi nombre completo es Tom Sorvolo Ryddle,
que soy hijo del adinerado y asqueroso muggle Tom Ryddle Sr. y la bruja Merope Gaunt.
Y como vuestra merced me ha pedido que le
cuente el caso por extenso me pareció contarlo desde el principio para que así
tenga cumplido relato de mi persona y así vea cuán difícil me resultó intentar
invadir el mundo de los magos y de los muggles y como me convertí en el mago
más peligroso de todos los tiempos.
De mi infancia poco tengo que contarle. Mi
asqueroso padre muggle abandonó a mi madre cuando ella estaba embarazada de mí
y un tiempo después de que yo naciera esa inútil murió. Pasé toda mi niñez en
un orfanato muggle en el que odiaba a todo el mundo y les hacía la vida
imposible con mis poderes psíquicos. Pero un día un extraño hombre con barba
llegó a mi “casa” y me dijo que era mago y que debía ir a Hogwarts una escuela
de magia.
En mi adolescencia yo seguía siendo un niño
muy cruel, no tenía amigos y era muy diestro en defensa contra las artes
oscuras, pero en realidad lo que me apasionaban eran las artes oscuras en si. Mi
mayor ambición era y sigue siendo ser el amo y señor de todas las criaturas del
universo y extinguir a los muggles.
En ese tiempo, tuve la suerte de dar con un
libro de magia prohibido en el que leí una forma de hacerte inmortal, a pesar
de corromper tu alma, aunque la mía estaba corrompida desde que nací. Tras
documentarme más, conseguí saber la manera exacta de hacerme inmortal.
Tan solo me hicieron falta unos cuantos
años aterrorizando, asesinando y hechizando a gente para convertirme en el mago
más temido de todos los tiempos. Por esas fechas, oí hablar de una pareja de
una bruja y un mago que eran muy buenos y obviamente los quise para mi ejército
maligno. Y sepa vuestra merced, que es en el momento en el que intenté
recluirlos cuando cometí el error más grave de mi vida. Al intentar matar al
niño pequeño de esa pareja el hechizo rebotó contra mí y me destruyó.
Lo que vuestra merced no sabía era que mi
alma estaba fragmentada en siete trozos, por eso no podría morir jamás. Por
estas razones ahora me encuentro en un estado incorpóreo en el que no puedo
hacer nada. Pero sé que conseguiré mi propósito de controlar el mundo.